10 000-6000 a. C. | Fermentación controlada
La palabra fermentación refiere los cambios químicos en las sustancias orgánicas producidos por la acción de las enzimas, tales como los que ocurren en la producción del pan y la cerveza.
Esta definición general incluye prácticamente todas las reacciones químicas de importancia fisiológica.
Actualmente, los científicos suelen reservar dicha denominación para la acción de ciertas enzimas específicas, llamadas fermentos, producidas por organismos diminutos tales como el moho, las bacterias y la levadura.
Por ejemplo, la lactasa, un fermento producido por una bacteria que se encuentra generalmente en la leche, hace que esta se agrie, transformando la lactosa (azúcar de la leche) en ácido láctico.
El tipo de fermentación más importante es la fermentación alcohólica, en donde la acción de la zimasa (enzimas [bacterias, mohos y hongos]) segregada por la levadura convierte los azúcares simples, como la glucosa y la fructosa, en alcohol etílico y dióxido de carbono.
Hay otros muchos tipos de fermentación que se producen de forma natural, como la formación de ácido butanoico cuando la mantequilla se vuelve rancia, y de ácido etanoico (acético) cuando el vino se convierte en vinagre.
Generalmente, la fermentación produce la descomposición de sustancias orgánicas complejas en otras simples, gracias a una acción catalizada. Por ejemplo, debido a la acción de la diastasa, la zimasa y la invertasa, el almidón se descompone (hidroliza) en azúcares complejos, luego en azúcares simples y finalmente en alcohol.
La glicerina, la propanona, el butanol y el ácido butírico se producen actualmente a escala comercial por procesos especiales de fermentación.
Varios productos de fermentación de la leche como la lactobacilina, el kéfir y el yogur se consumen abundantemente debido a sus propiedades nutritivas.
La acción de ciertas bacterias sobre los carbohidratos no digeridos produce la fermentación en el intestino humano.
Como resultado, pueden producirse ciertos gases como el sulfhídrico y el dióxido de carbono en cantidades suficientes como para causar distensión y dolor.
También pueden producirse ciertos ácidos como el láctico y el etanoico en los intestinos de los bebés, provocando diarreas.
«El vino es un mar de organismos. Merced a algunos vive, merced a otros se descompone.»
Louis Pasteur
1822-1895